Toda persona es un líder. Y debido a que el liderazgo es influencia, es importante saber que nadie tiene mayor influencia sobre nosotros que nosotros mismos en función de lo que permitimos que nuestros pensamientos se incorporen.
La influencia de la charla en nuestras mentes puede ser edificante o devastadora, alentadora o debilitadora, beneficiosa o perjudicial para nuestra salud espiritual, emocional, física y mental. Nuestras mentes son los guardianes de nuestras vidas. Y Dios nos ha dado el poder de elegir sabiamente.